Cuando le pregunté a Candela qué quería para sus fotos de comunión, ella lo tenía súper claro: “¡quiero ser un hada!”. Y como a mí no me gustan naaada de nada las sesiones de fantasía (nótese la ironía), no pude menos que sonreír de oreja a oreja. Al momento empecé a rebuscar atrezzo para el que sin duda sería un reportaje de comunión de cuento.
Los aledaños del río Zadorra a su paso por Armiñón y la preciosa luz del atardecer completaron la atmósfera de magia que buscábamos.
Desde aquí mandamos un abrazo enorme a ella y su family por confiar en nosotros para unas fotos de comunión tan especiales y por tratarnos tan maravillosamente. Candela se llevó mi pulsera de flores, y yo un poquito de la calidez que desprende más allá de su nombre ❤.
Vestido: Novias por siempre jamás